sábado, 23 de agosto de 2014

Basta.

Abres los ojos y sólo ves desolación.
Tiranía hambrienta de tu vida:
de la tuya y de la mía.
Y se pierde la noción del día,
cuando antes pensabas
que podías soñar, y pensar
y vivir libremente,
y ahora abres por vez primera
los ojos, y ves la falsía
de un pueblo triste,
convirtiéndolo en sueños rotos
de una mentirosa utopía.

¿Es así cómo termina todo al final?
Muerto, dolido, marchito y vacío.
Impúdicas muertes en el umbral
exánime de lo que una vez fue brío.

Basta. Basta ya.

3 comentarios: