Amor,
el llanto usurpador de tu alegría
en la tristeza del invierno
hace de melancólico un eco
y en mi alma una elegía.
Amor,
crispó en mi intrínseco
ser, una atracción bravía
conductora de mis sueños:
conductora de utopías.
Amor,
de día eras de otros,
de noche siempre mía;
conductora de mis sueños:
así es la poesía.
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